Imagen: Detalle de Estaré donde Creas, Obra en pastel de Shirley M. Silva Cabrera,2008
EL TEMOR A LA MUERTE NO ES COSA TONTA NI SOLO DE NIÑOS Shirley M. Silva RPT, FT, PhD “El temor a la muerte puede establecer las pautas de nuestra vida y controlarla, a pesar de nuestras creencias o religión”
Uno de los primeros textos de Tanatología que estudié fue de Straub: Death 101, cito del mismo: “Muchos de los problemas de la vida surgen de la inhabilidad para confrontar la inevitabilidad de la propia muerte. Confrontar la muerte propia puede ser una experiencia temible y solitaria, pero también puede ayudarle a vivir una vida más plena. Necesitamos reconocer que no podemos ser de mucho servicio para otros si no cuidamos de nosotros mismos. Muchos de nosotros nos sentimos abiertos y desapegados acerca de tratar con las tragedias de otros, pero cuando nos confrontamos con nuestra propia muerte, frecuentemente evitamos tratar el asunto. El miedo y la ansiedad acerca de nuestro lapso de vida limitado nos previene de discutir la muerte, mucho menos considerar cómo la comprensión de nuestra mortalidad puede enaltecer la calidad de nuestra vida presente. Nuestro miedo a la muerte nos ha cerrado puertas y nos mantiene lejos de explorar aspectos de nuestra propia personalidad.”
Para aquellos interesados en realizar ejercicios prácticos y curiosos relacionados a la Tanatología, este texto es muy útil y valioso.
He ido enriqueciendo una lista de posibles ejercicios que pueden ayudarnos a comprender, mitigar, aliviar, o superar el miedo relacionado a la muerte que podamos experimentar o reconocer como obstáculo para una vida feliz y satisfactoria. Es muy posible también que cuando decimos: “Temo a la muerte”, signifique que ese temor esté relacionado a algún proceso o acontecimiento previo o durante la misma. A más específicos podamos ser identificando nuestros temores sobre la vida y la muerte, más calidad de vida disfrutaremos hasta el último aliento de nuestra existencia. No sintamos vergüenza de reconocer nuestros miedos. El temor a la muerte no es cosa tonta que no necesite ser reconocida honestamente ni tratada, por el mito social de ser algo propio de un niño y no de un adulto. Una sociedad insensibilizada bajo la presión constante de una amenaza de aniquilación o bajo una negación institucional sobre la muerte, puede crear patologías y desórdenes emocionales destructoras del derecho humano a experimentar la metamorfosis merecedora del mayor trato digno en la existencia del hombre: su propia muerte.
En el reconocimiento comienza la solución si asumimos la actitud correcta para trascender las limitaciones. Para todo profesional, especialmente los de la salud y la espiritualidad, es fundamental el ejercicio introspectivo sobre el morir y la muerte.
¿Qué ejercicios podemos hacer para afrontar la idea de la muerte propia?
Educarnos sobre la muerte y el duelo, disponernos a perder el miedo a la muerte, no el respeto a la muerte
Liberarnos de mitos sobre la muerte ,explorar cómo se nos educó o instruyó sobre la misma en nuestra niñez y reflexionar sobre nuestras experiencias tempranas con la muerte
Reflexionar sobre nuestro concepto Dios o Poder Superior y nuestra relación con él
Diferenciar el temor al sufrimiento del temor a la muerte
Reconocer la vida y la muerte como partes naturales de la existencia, contemplar la muerte como : universal, irreversible, inevitable
Buscar ayuda para ser escuchado y para manejar miedos y dudas sobre la vida y la muerte. El temor a la muerte no es cosa tonta o “solo de niños” Aceptémonos y evolucionemos
Aceptar nuestro potencial para el cambio y cambiar
Conocernos mejor, alimentando nuestra autoestima y espíritu, no el ser egoísta o sintético alimentado por roles. Identificar nuestro tipo prevaleciente de personalidad
Vivir el presente conscientemente, con intensidad y responsabilidad
Amar funcionalmente. Liberémonos de dependencias y codependencias
Nutrirnos de enseñanzas y disciplinas prácticas, espirituales
No tener asuntos inconclusos o pendientes o teniendo el menor número posible de ellos
Determinar y trabajar nuestra superación integral ( física, emocional, mental, espiritual y social ).Trabajar por una meta en la vida y por un legado de significado y trascendencia
Reconocer prácticas de escapismos en nuestras vidas huyendo de la conciencia de la muerte o de la mortalidad, como quiera, somos seres finitos en el plano físico, huyamos o no , nos hundamos en la fantasía del desamor, el dinero, el alcohol, las drogas, el sexo irresponsable … Descubramos por qué razón abusamos de ellos . ¿Miedo a la muerte? Con estos escapismos ya la estamos experimentando en vida, esto, aparte de experimentar “las pequeñas muertes diarias” (muertes celulares en nuestro cuerpo, el paso del “tiempo”, las despedidas...) ¿Por qué complicar esta angustia existencial y genuina del miedo a la muerte, escapando?
Buscar un estilo de vida sano, una fe religiosa, una creencia que nos sostenga a pesar de presiones de grupo, aprendamos a ir en contra de la corriente por convicciones propias de liberación emocional, mental y espiritual que nos den la victoria de vivir una vida plena, realizada.
Para concluir, recordemos que el bien que produzcamos en nosotros, se proyectará en aquellos quienes nos aman, especialmente nuestros niños.
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