Imagen: Detalle de La Iniciación de la Rosa, Obra en pastel por Shirley M. Silva Cabrera, 2008
LAS NUEVE CONTEMPLACIONES SOBRE LA MUERTE “Ver la muerte como una nueva oportunidad para dar vida y dejar un legado”
Sonia Quirós, Sicóloga, Egresada Certificado Profesional en Tanatología y Salud Integral, DECEP,UPR, Recinto de Río Piedras
Es tiempo de reflexionar, de reestructurar, de obsequiar significado a los tiempos que vivimos, a los seres queridos que nos sobrevivirán. Conocí nueve contemplaciones como perspectivas sobre el vivir y el morir, exploradas por el gran monje del siglo once Atisha Dipankara Shrijnana. ¿Qué estamos haciendo para darle profundidad a nuestra experiencia de vida? ¿Qué estamos haciendo para preparar el momento de nuestra muerte? Comparto hoy las nueve contemplaciones sobre la muerte, de Atisha y una breve reflexión personal sobre cada una.
1. La muerte es inevitable: Tenemos la necesidad de educarnos y conocer cómo enfrentar efectivamente esta realidad y los miedos hacia la misma. Mejoremos la calidad de vida y la de los seres que nos rodean y que amamos, dejemos un legado de amor y de buenas obras. Así como la muerte es inevitable, así es como también nuestras buenas obras, el amor que hayamos brindado y el legado que dejemos en nuestro breve camino, harán inevitable que seamos recordados. 2. Nuestro lapso de vida disminuye constantemente: Cada amanecer nuevo, es un nuevo comienzo y el atardecer, el anochecer, nos acercan más al final de nuestras vidas. Reflexionar sobre esta realidad nos permite comprometernos a mejorar como personas, a vivir cada momento intensa pero responsablemente: resolver asuntos pendientes, vivir aquí y ahora, ofrecer lo mejor de nosotros desde nuestro interior y dar fin a todas aquellas situaciones que puedan traer conflictos al momento de nuestra muerte. Honremos la esencia que Teilhard de Chardin nos atribuye: “Seres espirituales viviendo una experiencia física”. 3. La muerte vendrá sea que estemos preparados o no: Entendemos que la muerte es parte de la existencia, sin embargo, enfrentarnos a esa realidad absoluta es doloroso. Muchas veces se niega esa realidad. En términos conductuales, muchas personas no quieren tocar el tema de la muerte, otros (sobre todo los jóvenes) entienden que serán eternos físicamente y se involucran en actividades peligrosas y de alto riesgo ya sea por ignorancia o irresponsabilidad sin reconocer que la vida es valiosa. El existir es una oportunidad para crecer, madurar, para ser mejores, para enriquecer nuestra humanidad. Moriremos algún día. Mejoremos responsablemente nuestras actitudes hacia la vida y la muerte, porque esta última vendrá, sea que estemos preparados, o no. Evitemos sufrimientos innecesarios.
4. La expectativa de vida humana es incierta: Reconozcamos lo finitos que somos, lo expuesto que estamos…no sabemos lo que depara la vida para cada uno, ni por cuánto tiempo la experimentaremos…vivamos con la conciencia de ser plenos, correctos, compasivos.
5. Hay muchas causas para la muerte: Nuestros encuentros con la muerte quedan determinados por su causa, la trayectoria de la enfermedad o del evento que la precipita, por el lugar en la que ocurre, por las expectativas de vida… No sabemos si enfrentaremos una muerte rápida o si pasaremos por un proceso largo de dolor físico o de oportunidad de reflexión. Tenemos la gran tarea de refinar nuestros conocimientos, conductas, afectos y valores para que sin importar la causa de nuestra muerte, la dignidad nos acompañe siempre.
6. El cuerpo humano es frágil y vulnerable: Víctor Frankl decía que nuestro espíritu es libre, esto no implica que nuestro cuerpo sea inmortal. ¡Cuánto lo descuidamos y maltratamos! Si queremos disfrutar estando vivos de la libertad de espíritu (cualquiera que sea su significado para cada uno de nosotros), debemos considerar la importancia de cuidar de nuestro equipaje prestado por breve tiempo: nuestro cuerpo frágil y vulnerable.
7. Al momento de la muerte, nuestros recursos materiales son inútiles: Nada de lo que acumulemos o tengamos en términos materiales evitará nuestra muerte cuando ya sea definitiva. Nada nos llevaremos, solo los momentos hermosos vividos, las obras buenas, los recuerdos y vivencias. La actitud mental, afectiva y espiritual que cultivemos para el momento de la muerte, es lo que nos otorgará un mejor pasaje de ida.
8. Nuestros seres amados no pueden evitar nuestra muerte: Desde cierta perspectiva, nuestro viaje hacia la Tierra, lo hacemos solos, desnudos…nuestro viaje de retorno al Universo, también lo haremos solos. Los seres amados no pueden evitar nuestra muerte cuando llegue el momento definitivo e innegociable. La intensidad del dolor experimentado por la muerte, sí puede mitigarse. Una respuesta, la más valiosa, es el Amor.
9. Nuestro propio cuerpo no puede ayudarnos al momento de nuestra muerte: Nuestro cuerpo material se entregará a la muerte irremediablemente cuando sea su momento. No hay constitución física que se le resista o que pueda evitarla. El cuerpo retornará a la Tierra para dar vida nueva…nuestra fe y valores espirituales son lo único que podrá permanecer como un cuerpo nuevo entre los que nos han amado. Para más información sobre Sonia Quirós visite Eventos y Artículos Presentación del libro - "Desde que te Fuiste Papá, eres mi Ángel de Amor"
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